Incidencia del Trinomio de Bernoulli y del efecto Venturi sobre las variaciones en los ritmos de acreción de las espigas. El caso de San Sebastián.
Roberto Hilson Foot

Análisis geomorfologico del desarrollo de Bahía San Sebastián y de la acreción de la espiga de el Páramo.

Investigación y trabajo de campo:

Costa Norte de TDF Enero 2011
Ignacio Amalvy Degreef
Roberto Hilson Foot

Cabo Espíritu Santo-San Sebastián Enero 2014
Nayi Awada 
Nicolás Di Giacomo 
Mariano Rolando
Roberto Hilson Foot

Fotografías:
Mariano Rolando (2014) 
Roberto Hilson Foot (2011-14)

Agradecimientos:
Dr. Roberto Kokot, Lic. David Angaramo, Lic. Andrea Valladares y Nayi Awada.

Bibliografía

I
CONTENIDO

El objetivo de esta investigación es describir la geomorfología de la espiga conocida como península El Páramo en Tierra del Fuego. Buscaremos establecer los orígenes y el desarrollo geomorfológicos durante el Pleistoceno y el Holoceno de la bahía San Sebastián, determinar y describir las secciones de la bahía identificando las principales características y su relación con el crecimiento de la espiga en los últimos cinco milenios. Recolectar información mareológica y climatológica pertinente para la explicación de su desarrollo. Utilizar para explicar la dinámica acrecional, la información obtenida por medio de trabajos de campo. Delinear un nuevo modelo físico-matemático sobre dinámica de acreción de espigas cuyo crecimiento intentaremos demostrar que no responde a una función lineal de primer grado por el efecto dinámico resultante de la aplicación del trinomio de Bernoulli. Por último analizar los impactos ambientales por acción antrópica y esbozar algunas complejidades asociadas a la gobernanza de la zona estudiada.

ÍNDICE DE FOTOGRAFÍAS

Foto 1. Acantilados al Norte de Bahía San Sebastián.
Foto 2. Fin del acantilado e inicio de la zona de sedimentación.
Foto 3. Vista hacia el Sur de la parte proximal de la espiga.
Foto 4. Detalle de la composición de rodados de la espiga.
Foto 5. Vista aérea de la espiga Punta Páramo.
Foto 6. Vista de la playa sobre el margen oriental (exterior) de la espiga.
Foto 7. Vista de la playa sobre el margen occidental (interior) de la espiga.
Foto 8. Punta de Arenas y Faro El Páramo.
Foto 9. Estampilla y monedas acuñadas por Julio Popper.
Foto 10. Puesto Estancia Cullen. Bahía San Sebastián.
Foto 11. Vista del Faro Punta Páramo.
Foto 12. Vista del Faro Páramo. Detalle de la estructura.
Foto 13. Atravesando los campos de Gas y Petróleo.
Foto 14. San Sebastián.
Foto 15. San Sebastián.

ÍNDICE DE FIGURAS

Figura 1. Mapa de Argentina con la zona de estudio.
Figura 2. Olas y orientación del crecimiento de la espiga. Fuente R. Kokot.
Figura3. Evolución de la bahía San Sebastián. Fuente Vilas et al. 1986-87.
Figura 4. Zonificación geomorfológica de la Bahía de Vilas et al. 1986-87.
Figura 5. Península El Páramo y Norte de la Bahía de Vilas et al. 1986-87.
Figura 6. Trinomio de Bernoulli.
Figura 7. Lavadero de oro “El Páramo”.
Figura 8. Portada del Legajo Nº 79. Departamento de Balizamiento.
Figura 9. Croquis del Faro Páramo. Legajo Nº 79.

II
INTRODUCCIÓN

El objetivo general del trabajo es determinar las causas teóricas basadas en leyes físicas por las que la acreción de las espigas no puede ser cuantificada por medio de una función lineal de primer grado. A tal efecto se buscará considerar la posible incidencia del efecto Venturi pero sobre todo del trinomio de Bernoulli en la dinámica de acreción del sector distal de la espiga.
Como parte del trabajo se hará una exposición detallada de las condiciones geomorfológicas de la Bahía San Sebastián tanto desde su formación como acerca de las principales características zonales que presenta en la actualidad y que han sido condicionadas por el paulatino crecimiento de la espiga en los últimos seis milenios. Se aplicará el concepto de espiga en condiciones restrictivas utilizando la evidencia batimétrica y las consecuencias que ha tenido en la ralentización de la extensión de la espiga hacia el sur y la conformación de la Punta de Arenas.
A continuación se analizará las interacciones antrópicas desde la ocupación de la zona, el uso de los recursos por los pueblos originarios, la intrusión de la minería del oro en el siglo XIX y el desarrollo de la ganadería ovina así como la posterior incidencia de las explotaciones de gas y petróleo.
Por último se incluye las complejidades asociadas a una posible gobernanza del espacio incorporando los intentos legislativos por medio de la declaración de una condición de reserva y la decisión de decláralo un Sitio Ramsar. Asociado a la temática del uso de recursos, describiremos la escasa población rural y el limitado crecimiento urbano del pueblo de San Sebastián así como la mención al limitado desarrollo de pesca artesanal en la bahía y los efectos multidimensionales y sistémicos de la interacción antrópica.

Figura 1. Mapa de la Argentina con ubicación de la Bahía San Sebastián.
(Por razones de formato no se incluyen las islas Malvinas, Sandwich y Georgia del Sur ocupadas ilegalmente por el Imperio Británico).

III
ENTORNO NATURAL

La toponimia de la bahía se origina en la expedición de los hermanos Bartolomé (1574-1622) y Gonzalo (1569-1622) de García de Nodal. El 15 de Enero de 1619 navegaban frente al Cabo Vírgenes en la actual provincia de Santa Cruz y para el 19 de Enero de ese mismo año habían logrado atravesar el estrecho de Magallanes de Norte a Sur con sus dos carabelas “Nuestra Señora de Atocha” y “Nuestra Señora del Buen Suceso”, alcanzando la latitud del Cabo Espíritu Santo. Al continuar navegando hacia el sur llegaron a una gran bahía el 20 de Septiembre que llamaron de San Sebastián correspondiente en el santoral al legionario cristiano martirizado por el emperador Diocleciano de nombre Sebastián (256-288). Fue una expedición patrocinada por el rey Felipe III de España a la que le tomo 50 días dar la vuelta a la Isla Grande de Tierra del Fuego determinando para las sucesivas cartografías su condición de isla y no de tierra o continente. Fueron a lo largo del periplo, responsables de parte de la toponimia costera incluyendo el nombre de sus naves para bautizar accidentes costeros o montañas (Canclini, 1986).
La bahía está situada al Norte de la provincia de Tierra del Fuego (Fig. 1). Por lo general se consigna que su límite Norte se encuentra a los 52º20´ S sin embargo por observaciones directas hemos determinado que el límite estructural real del acantilado costero y borde interno del paleo-acantilado está a 52º 54´ S. El agua de las pleamares dentro de la bahía llega hasta los 53º 01´S. El mapa del IGN-Hoja 5369-23 consigna erróneamente una extensión excesiva de los acantilados que extienden más al sur de la Mina María sobre el límite proximal de la espiga lo cual es erróneo y presentaremos en este trabajo algunas imágenes para comprobarlo (Ver Foto 2). Con respecto al límite sur se suelen consignar valores totalmente erróneos. El valor de la latitud del Cabo San Sebastián es de 53º 19´S aproximadamente, lejos de los valores consignados en la mayoría de los trabajos. Con respecto a la longitud los valores que se consignan con frecuencia tampoco son correctos. La boca de la bahía se encuentra entre la P. de Arenas al norte a 68º 13 O´ y los 68º 11´del Cabo San Sebastián que en la imagen satelital del IGN 5369-23 en Escala 1:100.000 se ubica erróneamente su toponimia confundiendo el cabo con la playa expuestas en bajamar. El límite occidental lo podemos determinar a los 68º 32´ Oeste con lo que volvemos a discrepar con la mayoría de los trabajos aun aceptando ligeras variaciones con los valores de Google Earth. La bahía tiene una forma semicircular con 35/40km de Norte a Sur por 20/25km de Este a Oeste ocupando el amplio valle de origen glaciar del Pleistoceno retrabajado por el mar durante las transgresiones por ascenso del nivel del mar durante el Holoceno. El lóbulo glacial atravesaba la actual Bahía Inútil en Chile y la Bahía San Sebastián en Argentina en la que se desarrolló durante el Holoceno la espiga. Hay una activa sedimentación en sus costas en una amplia llanura intermareal fangosa asociada a cheniers y playas surcadas por canales mareales sinuosos en sus cabeceras y rectilíneos en su parte inferior con una elevada tasa de sedimentación y una llanura que prograda hacia el Este generando un área supramareal plana colonizada por una vegetación dominada por Salicornia, Lepidophyllum un género de fanerógamas de la familia de las asteráceas y diversas gramíneas (Arce et al. 1986-87).
Al norte de la bahía la línea de costa está orientada de Noroeste a Sureste. La espiga denominada Península El Páramo tiene una orientación que depende de los trenes de olas asociada a la deriva litoral. La orientación de una espiga en relación con la orientación general de la costa está condicionada además de los factores estructurales por la proveniencia de los trenes de ola. Este condicionante no puede tomarse como mono causal pues se debe considerar la pendiente del fondo, la granulometría y la disponibilidad de sedimentos así como los determinantes estructurales (Kokot 2010). Los acantilados de la zona norte se extienden por unos 40km desde el Cabo Espíritu Santo de 90m de altura hasta el Cabo Nombre con algo más de 10m de altura y desde el mismo pierden altura hasta quedar semicubiertos por la sedimentación de origen eólico y la acreción por deriva litoral que fue progradando dentro de la bahía durante el Holoceno sobre todo luego de los 6.000años AP. Los afloramientos en los acantilados son de edad Miocena y Pliocena con depósitos morénicos que afloran a la vez en los acantilados de los extremos norte y sur de la bahía. Es posible observar estratos limo-arenosos continentales del Terciario. El impacto erosivo de las olas más los aportes sedimentarios de los Cañadones Alfa y Beta proveen de abundantes sedimentos para los trenes de ola que predominan desde el NE (Bujalesky 2007).

Foto 1. Acantilados activos al Norte de Bahía San Sebastián.

Gracias a las contribuciones de Roberto Kokot (2010) podemos afirmar que la orientación de una espiga respecto de la orientación general de la costa permite determinar la proveniencia de las olas que la originaron. La deriva de sedimentos a lo largo de la costa depende del ángulo de incidencia de las olas. La capacidad máxima del flujo corresponde cuando el paso de las olas respecto a la línea de costa tiene un valor que Kokot denomina como α ═ Φ.
A continuación podemos ver el mapa sobre el cálculo de incidencia de los trenes de ola con un valor de Az. de 199º generando una inflexión de 20º al oeste de la extensión de la línea de costa al progradar la espiga dentro de la Bahía de San Sebastián.


Figura 2. Tomada de (Kokot, 2010) Ángulo de incidencia de costa-olas-espiga en Bahía San Sebastián.

Cualquier alteración del ángulo óptimo de incidencia implica una disminución en la capacidad de transporte de sedimentos por parte de las olas. O sea el máximo de capacidad se obtiene con olas a α═45º. En el caso de la Bahía de San Sebastián, R. Kokot determinó trenes de olas provenientes del NNE o sea el valor deα ═55º con un Az. de 199º para la ortogonal de los trenes de olas incidentes. La prolongación de la línea de costa sería en un Az. de 144º mientras le espiga prograda y sigue una dirección Az. de 164º casi en dirección a la orientación de la costa en la margen sur en el Cabo San Sebastián.
Con respecto al oleaje diremos que hay un bajo porcentaje de olas que tienen más de 3,5m de altura. Aproximadamente un 20% tiene una altura menor de 1m. Recordemos que la energía total de la ola es igual al cuadrado de su altura. Adicionalmente en olas de mayor altura el movimiento circular o elíptico es mayor por lo que la energía cinética es también mayor. El período de las olas ha sido medido esporádicamente en la zona con valores que llegan a los 10 segundos para las olas provenientes del NE. Temporales con recurrencia de 50 años pueden tener alturas de ola de 12m. En la zona de Cullen se ha medido un máximo de 5,86m de altura de olas con un período promedio de 12.9 segundos. Esporádicamente se han medido olas de más de 3m con frecuencia corresponden a períodos de 7 a 9 segundos. Una ola de 2m tiene una energía equivalente a 1.200 calorías por metro cuadrado y con olas de 4m son 4.800 calorías por metro cuadrado (Grant Gross et al.1996) lo que da una idea de la potencia de las olas al momento de romper sobre las costas de la espiga de El Páramo que está compuesta por clastos no cementados ni vegetados por tanto muy susceptibles de ser transportados. Con vientos del Norte las olas pueden llegar a los 7m (Bujalesky 2007). Estos trenes de ola han suministrado los sedimentos que han acrecionado la espiga. La misma tiene 18 km de largo y cierra solo parcialmente la bahía. Ha crecido en forma longitudinal hacia sur pero además mantiene esa inflexión explicada por R. Kokot (2010) desde la línea de la costa acantilada. La sección central de la espiga tiene 7km de largo con un ancho que oscila entre los 50 y los 200m. Se han registrado sobre-lavados en condiciones de marea alta con tormentas y hemos podido certificar este fenómeno por medio de informantes de la Estancia Cullen y de pescadores ocasionales que transitan la espiga a los cuales hemos entrevistado. Las playas tanto sobre el Atlántico como en la zona interior de la bahía presentan canto rodados. El sector sur o sea el distal tiene 2km de largo con un ancho máximo de 900metros. Es posible observar por medio de imágenes satelitales pero también por medio del trabajo de campo que hemos encarado en dos ocasiones, crestas asintóticas en la zona interior (Ver Foto 5).
La comprensión de la geomorfología del área requiere una consideración acerca de las variaciones en el nivel del mar. Actualmente estamos en una dinámica de ascenso del nivel del mar, una particularidad asociada la Holoceno en general, aunque a lo largo de los últimos 13.000 años ha habido momentos de descenso del nivel del mar. Estas variaciones inciden en las líneas y áreas de erosión, transporte y sedimentación generada por las olas. Sobre la costa Argentina el nivel medio del mar (NMM) alcanzó su máximo a los 6900-6000AP (Gómez et al. 2009). Se han identificado oscilaciones de aproximadamente 2250 años y en la actualidad nos encontramos en el período de ascenso del nivel del mar propio de la tendencia general del Holoceno. El máximo glaciar se registra entre los 20.000 y los 18.000 años AP. Había una depresión que unía San Sebastián con Bahía Inútil actualmente en Chile. Antes de 7000 años AP el mar inundó ese valle. Para el año 5500 AP se registra un descenso de 3,5m en el nivel del mar conforme con el inicio de la sedimentación con valores de progradación en función de la deriva litoral y del descenso del nivel del mar que se han calculado en 1m/año (Bujalesky 2007). En términos generales diremos que la glaciación del último máximo glacial del Pleistoceno tardío trajo una disminución en el nivel del mar de más de -100m con máximos posibles incluso cercanos a los -130m. Por lo tanto en términos geomorfológicos necesitamos acreditar una erosión de origen glaciar de uno de los lóbulos glaciarios que se desprendían de la Cordillera Darwin a lo largo del eje Bahía Inútil-Bahía San Sebastián a lo que siguió un interglacial en el que las variaciones en el nivel del mar trajeron desde la inundación de la zona hasta una línea de costa alejada más de 100km al este de su posición actual.
La espiga de San Sebastián que se denomina Páramo tiene una antigüedad que se ha rastreado desde hace no menos de 5270 años. Esto ha sido posible por medio de la datación por C14 de gasterópodos y bivalvos marinos. En base a esa datación se ha calculado una tasa media de progradación de 1.1 m/año (Bujalesky, 2007). Se han identificado sedimentos del Holoceno resultado de los procesos del intermareal con depósitos sedimentarios sobre el till del Pleistoceno. La espiga de la península el Páramo prograda longitudinalmente hacia el sur, es por lo tanto, como lo hemos adelantado una espiga transgresiva, compuesta predominantemente por gravas. Esas gravas provienen de la erosión de los acantilados y son de origen glaciario. Durante el Pleistoceno la erosión por acción de los glaciares que se desprendían del campo patagónico de hielo, Cordillera Darwin fluyendo al NE desde la Isla Dawson logró erosionar en los últimos 25000 años la Bahía Inútil-San Sebastián. La bahía tiene al norte y al sur acantilados activos que actúan como control estructural de la zona. Los acantilados del Norte son resultantes del till y en general depósitos continentales mientras los del Sur están compuestos por sedimentos finos siliclásticos de la formación Carmen Silva del Mioceno. La península tiene predominantemente los sedimentos de grava mientras las costas interiores acumulan además sedimentos más finos. El valle glacial del Pleistoceno era ancho y semicircular y se encontraba en la placa sudamericana. Al sur se encuentra una frontera transformante entre la placa Sudamericana y la de Scotia lo que está asociado al cambio direccional de la cordillera que corre de Norte a Sur en la Patagonia continental pero que altera su orientación a Oeste a Este en la isla de la Tierra del Fuego (Vilas et al. 1986-87).
Resulta indispensable referirnos al régimen de mareas para comprender la dinámica y modelado de este paisaje. Es un entorno macromareal o sea de más de 4m de amplitud. Hay en la Bahía San Sebastián mareas semidiurnas con 6,60m de rango mareal desde mínimos de 3,2m hasta máximas de sicigia de 10,6m. Recordemos que las mareas de sicigia se producen cuando la fuerza de los campos gravitatorios de la luna y el sol están aproximadamente alineados. Las mareas de cuadratura se producen cuando los campos gravitatorios del sol y luna no están alineados y tienden a neutralizarse mutuamente. Al decir que la bahía tiene un régimen semidiurno nos referimos a que presenta dos pleamares y bajamares por día. Además en estas latitudes especialmente por la intensidad de los vientos y la fuerza de las tormentas debemos considerar la fuerte incidencia meteorológica sobre el entorno macromareal. La marea presenta una onda creciente que alcanza una velocidad de dos nudos o sea unos 3,8km/h con dirección noroeste (SHN 1981). La dirección de onda es hacia el norte aumentando el rango en ese mismo sentido. Por los valores podemos apreciar que la zona de San Sebastián presenta una amplitud de mareas que se encuentra entre las mayores del mundo pues la mareas de sicigias equinocciales de perigeo es de 10,6m. De acuerdo con las tablas de marea elaboradas por el Servicio de Hidrografía Naval para Bahía San Sebastián posicionado en la Latitud 53º 10´S y Longitud 68º 30´W con un Huso Horartio +3, presenta pleamares máximas de 10,61m y media de 8,93m mientras la amplitud esta registrada como de 10,47m de máxima y media de 7,06m con alturas referidas al plano de reducción que pasa 5,40m debajo del nivel medio. La corriente de marea se mueve girando en el sentido de las agujas del reloj dentro de la bahía y el tamaño del sedimento acarreado se reduce progresivamente en esa dirección con la disipación de energía de la onda de marea. Es posible observar canales de marea que hemos medido y tienen entre 3 y hasta 5m de profundidad con un notable ancho que excede los 40m. Al retirarse el agua por la bajante de marea se expone dentro de la bahía una inmensa playa que hemos recorrido y medido de entre 5/7km y hasta 9/10km de playa.
Por último antes de avocarnos con detalle a la evolución de la Bahía San Sebastián durante el Holocenos debemos por la influencia decisiva que tuvo en el modelado del paisaje, referirnos con detalle a la última glaciación y al actual interglacial. Los depósitos de origen glaciario fueron denominados Drift Tapera Sur por Jorge Codignotto. Con posterioridad a la última glaciación se inició una tendencia transgresiva que desde el Pleistoceno tardío continuo durante 7000 años AP. La última glaciación tuvo su máximo entre 20.000 y 18.000 años AP. El till es un sedimento depositado directamente por glaciares sin la intervención de agentes fluviales, eólicos u otros resultando en una mezcla no seleccionada de muy variada granulometría. Los clastos y bloque erráticos aparecen contenidos en una matriz de arena, limo y arcilla (Iturraspe 2011). Uno de los productos de esas glaciaciones y posteriores dinámicas de erosión y transporte de sedimentos es la presencia de depósitos glaciares sumergidos. La última glaciación a la que nos hemos referido habría entonces desarrollado un glaciar en lo que hoy llamamos Bahía Inútil sobre el lado Chileno y Bahía San Sebastián del lado Argentino con desplazamiento de Oeste a Este (Vilas et al. 1999). Cabe aclarar que ninguna de las últimas glaciaciones cubrió totalmente la isla. Es posible además, como forma de certificar el avance de los glaciares observar erráticas sobre la zona esteparia del norte de la Isla. Desde la Cordillera Darwin se generaron cuatro lóbulos glaciales en la isla de Tierra del Fuego. De sur a norte esas artesas fueron el actual Canal de Beagle, el actual Lago Kami la Bahía Inútil en Chile y la Bahía San Sebastián en Argentina y el Estrecho de Magallanes. Como indicamos con anterioridad el nivel del mar estaba unos 100m a 120m por debajo del nivel actual lo que implicaba una línea de costa a unos 100km a 400km mar adentro de la ribera y la emergencia de la isla Burwood. Hemos dicho que el Holoceno se caracteriza en términos generales por que la temperatura de la tropósfera ha ido ascendiendo aunque con episodios de enfriamiento como en el caso del “Younger Dryas” hace unos 12000 años. Las lenguas de hielo descendían de los campos de hielo y de la cordillera hacia las zonas pedemontanas fluyeron en las cuatro artesas principales que hemos mencionado del cual al Bahía Inútil-Bahía San Sebastián es la segunda desde el norte con glaciares que alcanzaron la línea de costa. El tardiglacial o sea los últimos 5000 años AP presentó muchas fluctuaciones climáticas dentro de una tendencia general al aumento de la temperatura de la tropósfera y de un aumento del nivel del mar dependiente del retroceso de los glaciares. Al norte de San Sebastián en la Pampa de Beta y la zona del Cañadón Alpha y Beta es donde se puede ver los depósitos de till que forman topografías redondeadas. Los glaciares generaron depósitos de morrenas que fueron paulatinamente alcanzados por las líneas de costa con la erosión generada por las olas a lo largo de las playas. Adicionalmente en la bahía es posible identificar “Kettle-Kame” topografía (Darvil et al 2014). En el lóbulo Bahía Inútil-San Sebastián las morenas están ubicadas a lo largo de las Sierras de San Sebastián a una elevación de 50 a 200msnm. En el margen meridional hay colinas redondeadas por efecto de la erosión y depósitos glaciarios y en toda la zona se observa grandes bloques erráticos. Hay morenas terminales ubicadas entre ambas bahías tanto del lado chileno como argentino a 100 a 170msnm que fueron erosionadas por canales de deshielo. Tal como lo anticipábamos en la zona es posible observar la presencia de erráticas que en la clásica interpretación de Charles Darwin (Darwin 1841, 1842 y 1848) que visitó la zona en 1832, fueron depositados por hielos flotantes que los transportaron desde la zona cordillerana involucrando un transporte supraglacial sobre icebergs. Posteriormente se ha entendido que esas erráticas proviene en realidad del transporte de glaciares en este caso originados como apuntábamos en la Cordillera Darwin y desplazados por el lóbulo Bahía Inútil-San Sebastián caracterizados por ser grandes bloques angulares, aislados con litología que remite a la zona desde donde cayeron sobre la superficie de los glaciares para moverse con ellos hasta la zona de ablación y no presentando evidencia de abrasión subglacial (Evenson et.al. 2009).

A continuación nos dedicaremos a reconstruir ahora en detalle la evolución de la Bahía San Sebastián a lo largo del Holoceno para lo cual seguiremos los lineamientos aportados por Vilas et al. 1986-1987 y Vilas et al. 1999.

Figura 3. Esquema evolutivo de la bahía San Sebastián (tomado de Vilas et al. 1986-1987).

(A) Hacia el sexto milenio AP, la bahía era más profunda que en la actualidad con un control estructural al norte y sur que delimitaba la dinámica geomorfológica. Los contornos de la costa interior era más irregular y todavía no se había desarrollado la extensa sedimentación que tendió a sepultar y rectificar el contorno de costa y presentaba una topografía más complicada con cabos, penínsulas y pequeñas islas. La extensión de los acantilados que limitaban la bahía al Norte y al Sur en el frente atlántico abierto se encontraba unos kilómetros mar adentro, recordemos que la erosión de esos acantilados activos a lo largo de los últimos cinco milenios debió haberlos hecho retroceder hacia el Oeste por la erosión de las olas. Hace unos 5700 años AP comenzó a desarrollarse una paleo-punta cuspidada del Páramo. Sobre esta disposición es que comienzan a acumularse depósitos eólicos con datación de 5700años AP y ocupaciones humanas también datadas de la misma época.
(B) La punta cuspidada creció hacia el sur generando un área protegida del oleaje del Atlántico, en principio de solo unos cientos de metros pero que permitió progresivamente una sedimentación que conformó una llanura mareal fangosa. Al interior de la bahía comienza un proceso de rectificación de costa con el crecimiento de cheniers. La edad del inicio de estos desarrollos es de 5200 años AP.

(C) En el cuarto milenio AP la punta cuspidada se comenzó a proyectar hacia el Sur a lo largo de la boca de la bahía conformando la espiga que tendría eventualmente el nombre de Punta Páramo. El área protegida de las intensas olas del Atlántico Sur fue cada vez más extensa lo que permitió el crecimiento de las llanuras fangosas que además recibían depósitos de origen eólico depositados por los fuertes vientos del Oeste. Persiste el área de cheniers y la disipación de energía que recibe la bahía por efecto del crecimiento de la espiga comienza a favorecer una aceleración de la sedimentación en casi todo el contorno Norte y Oeste de la bahía con una ocupación humana documentada a lo largo del segundo milenio AP.

(D) En los últimos dos milenios la espiga continuó con su crecimiento alcanzando prácticamente los 18 km de largo obstruyendo casi el 50% de la boca de la bahía pero registrando una ralentización de su crecimiento y la formación de la Punta de Arenas por efecto de un canal profundo sobre el que daremos más adelante detalles y que ha impedido la continuación de su progradación hacia el Sur. Esta extensión de la espiga continuó reforzando la protección interior y sedimentación de las costas del Oeste de la Bahía de San Sebastián. Evidencia arqueológica y relatos históricos dan cuenta de la ocupación de la zona por los Selk´nam.
A continuación tomaremos el estado actual de la Bahía San Sebastián y describiremos con detalle seis secciones diferenciables por sus características geomorfológicas utilizando como guía la clasificación y mapa de (Vilas et al. 1987 y Vilas et al.1999).

A) Península del Páramo

B) Llanura mareal fangosa

C) Llanura de cheniers

D) Playas con llanuras mareales fangosas y arenosas

E) Costa acantilada

F) Complejo playa barrera-lagoon.

Figura 4. Zonificación geomorfológica de la Bahía San Sebastián de acuerdo con el criterio de Vilas et al. 1986-87 y Vilas et al.1999.

El sector B corresponde a una llanura mareal fangosa la cual tarda entre 200 y 1000 años para formarse. Esto implica que ante el crecimiento de la espiga sigue la sedimentación de la llanura a medida que crece la disipación de la energía de las olas por la espiga. Presenta arcillas y limos de los cuales entre un 34% y un 70% corresponden a clorita que replica porcentajes similares a las rocas del Mioceno (55-75%) que se encuentran en la costa sur de la bahía. La granulometría tiende al predominio del grano fino aunque también hay arenas más gruesas. Los fangos y arcillas tienen un diámetro de sedimento de menos de 0,062mm. Las arenas si son finas o muy finas tendrán hasta 0,25mm y las consideramos como gruesas a partir 0,5mm. Por gravas nos referimos a una granulometría de más de 2mm con los cantos rodados que presentan más de 256mm (Panzarini, 1984). La acción eólica es responsable del transporte y sedimentación desde el cuadrante Oeste. El viento a su vez produce socavación de las plantas por el efecto de deflación. El viento fuerte desarraiga los arbustos y los mismos con el tiempo mueren. Al avanzar la deflación se genera una depresión que con las precipitaciones acumula agua. El viento fuerte que sopla predominantemente desde el Oeste genera pequeñas olas que erosionan los bordes formando pequeñas escarpas. Cuando las depresiones se secan se profundizan por medio del viento y la deflación puede ser tan intensa que llegue hasta alcanzar la napa freática a 2-2.5m de profundidad, estableciendo un equilibrio dinámico entre erosión y fijación de sedimentos. La migración de las pequeñas lagunas es rápida hasta un máximo de 4 y hasta 14km para el caso de la Laguna Filaret con extensión máxima en la porción Norte de la bahía. Hemos observado como el fondo plano de las lagunas al secarse genera grietas que facilitan el efecto erosivo de los vientos. También es posible observar la presencia de dunas que tienden a tener una forma ligeramente ovaladas aunque las hay que son casi perfectamente esféricas situadas siempre cerca de la orilla. El ancho de la llanura fangosa se extiende por unos 8 a 10km disectada por canales mareales sinuosos que se hacen rectilíneos en su parte baja. La llanura se extiende hasta Cerro Redondo muy visible como forma de delimitación tierra adentro. La parte más alta de la llanura esta colonizada por Salicornia. Al Norte está limitada por la Serranías de San Sebastián que no constituyen un obstáculo para los vientos del Oeste al momento de tener en cuenta la interacción entre la dinámica sedimentaria mareal oceánica y la intensidad de los vientos capaces de transportar por saltación sedimentos de más de 4cm de largo por lo que podemos denominarlas llanuras o planicies eololacustres (Borrazzo 2013).

El sector C corresponde a la ubicación de los cheniers. Los mismos tienen típicamente de 1 a 6 m de altura y pueden tener cientos aún miles de metros de ancho con poca gradiente. En un sentido pueden ser descriptos como cordones de tormenta que se encuentran al Norte del Río San Martin. Una vez más la conformación del litoral y de la costa están influidos por el efecto disipativo de la espiga que genera una zona protegida de las olas del Atlántico generando una fuerte sedimentación. Los cheniers son pequeñas elevaciones en una zona de marismas, paralelos a la costa por lo que podemos referirnos a ellos como cordones con máximos de más de 4km y hasta 8km de ancho que se desarrollaron entre los 5.270 y los 1080 años AP. Este sector tiene aproximadamente 13 km de largo por profundidades costera de algo más de 5km. Cuando baja la marea quedan unos 65km2 expuestos que al subir y sobre todo en las mareas de sicigia rodea a los cheniers dejándolos como islotes llanos, emergidos y vegetados por Lepidophylum, Salicomia y diferentes Grarnineae. (Vilas and Arche, 1987). La acción del viento acumula sedimentos sobre toda en la parte superiores de los cheniers que está vegetada. Pueden presentar los extremos curvados hacia la tierra y separados por pequeños canales de desagüe. La acción eólica acumula material arcilloso limoso o sea de menos 0,0039mm en la parte superior de los cheniers, contribuyendo a su crecimiento aunque el viento es también un potente agente erosivo por lo que el equilibrio tiende a depender de la capacidad de fijación de sedimentos por la vegetación.

El sector D es el que corresponde al Río San Martín. De acuerdo con nuestras observaciones y relevamientos de campo es un curso de agua permanente aunque debo aclara que es pequeño más propio sería llamarlo arroyo que drena y erosiona la ladera Norte de la Sierra de Carmen Silva. Por su color es posible ver que lleva poca carga en suspensión aunque ante precipitaciones o deshielos fuertes puede aumentar su caudal y su carga sedimentaria. El cauce es muy meandroso y tiene un comportamiento estuarial en la boca acaso por la baja carga sedimentaria. La influencia de las mareas sobre todo de sicigia es bastante notable en su curso inferior afectando el flujo hasta un poco más de 3km desde la desembocadura. Hemos registrado un flujo río arriba de agua salada con las pleamares. En invierno es posible observar que se congela junto con sectores de agua salada costera.

El sector E presenta algunas especificidades por no recibir la protección completa de la espiga y por lo tanto soportar mayor energía de las olas que penetran en la bahía. Es una zona de acantilados y playas con arenas medianas y gruesas de más de 0,25mm y canto rodado en algunos casos de más de 10cm de largo.

El sector F corresponde a los acantilados de Punta Basílica. Tiene una longitud de unos 5 km y es una costa erosiva sobre los estratos de la Formación Carmen Silva y el till del cuaternario. En las bajamares aparecen grandes bloques redondeados y zonas de arenas gruesas de más de 0,5mm. En el tramo entre Punta Basílica hasta cabo San Sebastián hemos observado grandes bloques caídos en la playa en una zona sobre la cual el efecto disipativo de la espiga es menor por lo que es alcanzada por olas más grandes generando geoformas de erosión.

A continuación haremos una exhaustiva presentación de las condiciones climáticas que predominan en la zona en base a la información provista por el Servicio Meteorológico Nacional además de aportes locales y privados a los cuales hemos podido acceder, pues la dinámica atmosférica tiene efectos significativos sobre la vegetación y los procesos de erosión y sedimentación en la Bahía San Sebastián. Los vientos predominantes son del cuadrante Oeste y han alcanzado velocidades registradas de 155Km/h. La zona tiene más de 200 días por año con viento con frecuentes ráfagas de 50-60Km por horas que desplazan sedimentos del intermareal y tiene la capacidad de modificar las progresiones de las mareas (Arche et Al. 2001). El clima es frío y seco con precipitaciones anuales que oscilan entre los 280mm y 310mm las que corresponden a un clima semiárido. La temperatura media anual es de 5º a 6º C. Este clima incide sobre las características fitogeográficas que se condicen con los propios de la estepa patagónica con la presencia de coirón (Festuca gracillima) mata negra (leppidophyllum cupressiforme) y cala fatye (Berberis buxifolia). En las planicies supra e intramareal de la bahía abunda la halófita Salicornia mientras en las turberas la vegetación más común es de Sphagnum (Favier Dubois et al 2005). Las temperaturas máximas medias de verano son entre 16 y 18ºC mientras en invierno pueden alcanzar los -20ºC. La amplitud de temperaturas medias mensuales es de 10,8ºC de acuerdo al Servicio Meteorológico Nacional. En esta zona los vientos suelen tener mayor velocidad por la depresión Bahía Inútil-Bahía San Sebastián pues se encauzan y encuentra pocos obstáculos. A los vientos del Oeste les siguen en magnitud los vientos del Sur-Oeste con una velocidad media de 30km/h siendo el mes de Diciembre el de velocidades mayores. Los vientos del Norte presentan una velocidad media de 26Km/h y los vientos menos frecuentes son del cuadrante Sur con una velocidad media de 19km/h. Los vientos tienden a ser más fuertes en primavera-verano y el mes más calmo es Junio (S.M.N.).

Habiendo presentado las condiciones generales de San Sebastián corresponde ahora que nos avoquemos a describir en detalle las características de la espiga conocida como Península El Páramo (Sector A Figura 4). El topónimo proviene de la península homónima y se origina en el nombre con el que designó al lugar Julio Popper (1857-1893) en el siglo XIX. El nombre dado por los pueblos originarios al lugar parece haber sido “Kolmen” que hace referencia al abrazo de la península a la bahía pues cierra en un 50% la boca de la bahía y “abraza” a la bahía que ahora llamamos San Sebastián.
En principio diremos para precisar la terminología que una espiga es una acumulación de sedimentos que alcanzan a superar el nivel del agua resultado del transporte por deriva litoral que las olas ejercen sobre las costas extendiéndose desde la masa de tierra hacia una masa de agua. En el siglo XIX Frederic Putnam Gulliver (1865-1914) había explicado las espigas por medio de las corrientes de marea. En el siglo XX D. W. Johnson (1919) y W. V. Lewis (1934) vincularon las espigas con las olas criterio que predomina en la actualidad. El alargamiento de la espiga puede hacerse por medio de sucesivas prolongaciones en forma de gancho o cuerno conocidos en inglés como “hook” en alemán como “haken” y en francés como “crochets” (Guilcher 1957). Es por lo dicho una forma de acreción producto de la deriva litoral que en castellano se denomina en ocasiones como espiga de barrera (Codignotto 1987).

Foto 2. Ubicación exacta del fin del acantilado y el inicio de la espiga hacia la izquierda de la foto que es el cuadrante Sur en la zona de Mina María. Bahía San Sebastián.

La espiga que nace sobre el final del acantilado presenta tres sectores. Uno más al norte de forma triangular con sección plana y convexa con una anchura máxima de 1200m y una longitud de 8km. Otro sector intermedio de orillas casi paralelas de una anchura que oscila entre los 50 y 200 m con un largo de 8km y un sector sur con forma romboidal de 2km de longitud y un ancho máximo de 900m de acuerdo con datos propios y los aportados por (Vilas et al.1986-1987).


Foto 3. Fin del acantilado e inicio de la zona de sedimentación. Sobre el fondo en dirección Sur se puede observar una incisión en la línea de ribera generada por la extracción de sedimentos para los lavaderos de oro. La pequeña escarpa de arenas y canto rodado es confundida en el mapa del IGM 5369-23 en el que incorrectamente dibujan como una línea de acantilados casi 5 km más al sur de lo que efectivamente se desarrolla.

Como puede observarse en la Foto 3 la playa sobre el frente marino o sea mirando hacia el Este es modelada por la acción de la deriva litoral y está compuesta de arenas y cantos rodados. Esta acción de deriva la hemos medido esporádicamente en dos expediciones midiendo desplazamientos de hasta 40-50m/día para los rodados de hasta 2 o 3cm de diámetro y 20-25m/día para los rodados de más de 10cm. Debemos advertir sin embargo que la incidencia de las tormentas es muy disruptiva generando movilizaciones que puede ser de cientos de metros en pocas horas a los cuales hemos asistido en varias ocasiones tanto en Cañadón Alfa, Cañadón Tortuga como en la zona de la bahía. La playa al Oeste de la espiga o sea la interior al estar reparada presenta sedimentos más finos de arcillas y también por gravas pero sin matriz arenosa. La deriva en la parte interior es al Norte y la hemos medido en menos oportunidades pero los resultados parciales nos arrojaron un desplazamiento de 10-15cm/día para gravas de menos de 10cm de diámetro. Hacemos notar que la incidencia de la velocidad del viento del Oeste altera la altura de ola y su capacidad de transporte. Como resultado de una deriva tan ralentizada en comparación con la ribera expuesta al Este, nos arroja una zona de neta depositación en la parte interna de la bahía. La parte media tan angosta de 50-200m está sujeta en ocasiones a sobrelavado por olas de tormenta.

Figura 5. Detalle de la Península El Páramo y la margen Norte de la Bahía San Sebastián. (Vilas et al. 1986-87)

Desde la gestación de un prisma progradante desde los 5720 años AP que podemos asimilar en principio a una punta cuspidada el crecimiento de la espiga puede darse en entornos restrictivos o no restrictivos. En principio y durante los primeros tres milenios el avance se dio sobre una batimetría que no presentaba mayores obstáculos. Sin embargo en los últimos dos milenios la parte distal enfrenta entornos restrictivos con la presencia de un canal profundo que ha ralentizado e incluso detenido su crecimiento formando la Punta de Arenas (Kraus et al 1999). Los efectos de la refracción han curvado sobre el entorno restrictivo la parte distal de la espiga hacia el interior de la bahía por efecto de la energía de las olas. Fue Kraus (1999) quién enfatizó que los modelos analíticos revelaban la dependencia del crecimiento de la espiga en los parámetros geométricos de deriva dependiendo del abastecimiento de sedimentos y con una consideración a la variable temporal pero a nuestro entender tomando erróneamente a la incidencia hidrodinámica como una constante. Aportaremos posteriormente en este trabajo las consideraciones acerca de lo que entendemos ha sido un error conceptual el tomar los forzantes hidrodinámicos como condiciones de “ceteris paribus” cuando por definición toda alteración de los canales de ingreso y egreso de las aguas a las bahías tienden a modificar entre otras cosas la velocidad del agua suponiendo tanto un nivel del mar estable como variable. En los casos de las espigas como la de El Páramo la presencia de un canal sobre la parte distal puede impedir su crecimiento al haber un canal más profundo que la base de la plataforma de la espiga.

Foto 4. Detalle de la composición de la espiga. La foto corresponde al final de la primera sección a unos 6 km de la base de la espiga. Se aprecia los clastos redondeados y la poca arena disponible. Las piedras que hemos medido nos dieron desde pequeños rodados de apenas 1 o 2 cm hasta clastos de más de 8/10cm e incluso algunos mayores de 15cm en general elongados y aplanados.

Estos elementos que estamos presentando nos permiten lograr una comprensión del desarrollo y las características de la espiga de San Sebastián-El Páramo basadas en sus especificidades. Sin embargo en la sección de resultados queremos además adentrarnos en las consideraciones teóricas que hemos ido esbozando. Hemos adelantado que la incidencia del abastecimiento de sedimentos acareados por la deriva litoral, los ciclos climáticos que alteran las condiciones generales de temperatura, extensión de los glaciares y nivel del mar así como los impactos meteorológicos que pueden por medio de los vientos o las olas de tormenta son causales capaces de alterar la conformación de estas zonas costeras, así mismo las descargas de ríos pueden generar variaciones en la deriva litoral pero al momento de la consideración teórica les aplicaremos la cláusula de “ceteris paribus” suponiendo que esos valores son constantes y nos focalizaremos en las variaciones en el crecimiento de la espiga que resultan de la incidencia de los principios hidrodinámicos en contextos meso-macromareales.
Para continuar con nuestra descripción exhaustiva de la Península de El Páramo puntualizamos a continuación que hacia el interior o sea el borde Occidental de la espiga se han desarrollado extensos cordones litorales adosados al paleoacantilado paralelos a subparalelos a la espiga (Ver Foto 5). El ángulo de acumulación de la playa varía entre el borde Oriental más empinado y el Occidental de menor pendiente a lo largo de la espiga. Al sur de los cordones aparecen en el sector interno los cuspilitos o sea una serie de pequeños montículos de material de playa separados por depresiones en forma de media luna, espaciados a intervalos más o menos regulares
(Codignotto 1987) que observamos en la parte occidental sobre el desarrollo de la espiga en su zona interna (Bujaleski 1990). En la parte distal o sea hacia el Sur existe un canal que limita su acreción pues presenta una profundidad de 36m de acuerdo con la batimetría establecida por el Servicio de Hidrografía Naval y que ha sido determinante en la inflexión de la Punta de Arenas (Ver Foto 5).


Foto 5. Vista aérea de la espiga. Se observa tanto la espiga como los cordones referidos en la zona interna de la bahía. Es posible también apreciar la inflexión y acumulación en la Punta de Arenas y sobre el fondo de la foto los acantilados del Cabo San Sebastián que marcan la margen sur de la bahía.

En la Foto 5 podemos ver la secuencia de cordones que se fueron elongando a medida que crecía la espiga por la acción de la deriva litoral hacia el sur. En la Foto 5 también se puede apreciar que si bien la orientación general de la espiga es de 164º en la parte distal hay una inflexión final conocida como Punta de Arenas con una orientación 185-190º.

Foto 6. Espiga vista sobre el Atlántico. Sobre la margen Occidental de la espiga la pendiente de la playa es mayor. La foto se tomó en un día calmo que devino en una deriva muy lenta y afectando solamente a los rodados más pequeños. La foto corresponde al momento de las dos horas de la pleamar. Es posible observar un tamaño creciente de los rodados hacia la parte superior de la espiga. Se pueden a su vez identificar tres bermas y es notable lo redondeado, aplanado y heterogéneo de los rodados.

Foto 7. Espiga de El Páramo. Vista interna a San Sebastián. Sección media de la espiga. El ángulo de la playa es menor que sobre el lado externo. La playa presenta por lo general tres bermas.

Por último para cerrar esta sección nos avocaremos a la zona distal conocida como Punta de Arenas. De acuerdo con la cartografía disponible en el caso de la espiga de San Sebastián estamos en presencia de condiciones restrictivas pues es frente a la Punta de Arenas o sea la parte distal de la espiga donde podemos registrar un canal de mayor profundidad con 36.5 m de profundidad de acuerdo con la información provista por la Hoja 5369-23 Bahía San Sebastián en Escala 1:100.000 del IGN. Esta información concuerda con la brindad por los datos recogidos por el Buque Oceanográfico “San Luis” al mando del Teniente de Navío Gabriel Maleville en 1933, publicado por el Servicio Hidrográfico del Ministerio de Marina en 1935 en la hoja “Bahía San Sebastián”. La Punta de Arenas se encuentra por lo tanto limitada por un canal que puede haber tenido unos 40m de profundidad lo que ha alterado la deriva litoral y detenido el crecimiento longitudinal de la espiga.

Foto 8. Punta de Arenas y Faro Páramo. Nótese los grandes rodados y la progresiva extensión de la vegetación que está colonizando y fijando el suelo

Por la navegación y el peligro que representaba la espiga es que se ubicó un faro que se puede observar en la Foto 8, como advertencia y posicionamiento. Es un faro deshabitado y desde su construcción nunca contó con instalaciones como para alojar personal.

IV
MATERIALES Y MÉTODOS

Para poder desarrollar este trabajo se han realizado tres expediciones de investigación. En principio se recorrió en 2009 la parte accesible por vehículo sobre todo en el sector Occidental de la Bahía con esporádicas incursiones en la zona intermareal. Luego en 2011 se procedió a caminar desde el Cabo Espíritu Santo hasta la Península de El Páramo en la cual hicimos unas primeras observaciones y mediciones y posteriormente recorrimos el contorno Norte y Oeste de la bahía hasta el poblado de San Sebastián para luego caminar hasta Río Grande por la costa. Por último en 2014 se volvió a caminar desde el Cabo Espíritu Santo-Hito I hasta el Páramo donde permanecimos unos días relevando el lugar para luego recorrer la zona de cheniers, la costa interior y luego la parte sur. Hemos realizado dos estadías en 2011 y 2014 en el pequeño poblado de San Sebastián para realizar entrevista y encuestas recorriendo la zona aledaña y hemos recorrido y efectuado mediciones sobre Cañadón Alpha, Cañadón Beta, Cañadón Tortuga y los valles de los ríos Cullen y San Martín procediendo a medir y analizar los aspectos geomorfológicos de las respectivas cuencas, publicando parcialmente los resultados en www.estudiospatagónicos.com.ar en la sección costas de Tierra del Fuego.
Se efectuó para la consolidación teórica un estado de la cuestión la cual solo parcialmente está reflejada en el listado bibliográfico. En forma complementaria se ha visitado en varias ocasiones los museos como el Municipal de Río Grande “Virginia Choquintel” y el Museo “Rafaela Ishton”. En Ushuaia se visitó en reiteradas ocasiones El Museo del Fin del Mundo y el Museo Marítimo y del Presidio además de hemerotecas y bibliotecas para obtener información de fuentes locales. Así mismo se obtuvo material cartográfico e imágenes satelitales del Instituto Geográfico Nacional y del Servicio de Hidrografía Naval para obtener las tablas de marea y del departamento de Balizamiento el legajo del Faro Páramo. Del Servicio Meteorológico Nacional obtuvimos información meteorológica aunque debemos señalar que la cobertura es insuficiente y hemos complementado con datos provistos por privados.
Por último procedimos a analizar y aplicar los modelos físico-matemáticos, entendemos que por primera vez en la bibliografía sobre el tema al intentar determinar la posible incidencia de principios físicos en la dinámica de acreción de una espiga.

V
RESULTADOS TEÓRICOS

La tesis teórica que deseamos esbozar es que las espigas no siguen una acreción cuantificable por medio de una función lineal de primer grado. Aun suponiendo como valores constantes la incidencia del suministro de sedimentos, la energía de las olas, la dirección e intensidad de la deriva litoral, los condicionantes climáticos y mareológicos y los características batimétricas o sea manteniendo todas estas variables de acuerdo a la cláusula de “ceteris paribus” aun así, entendemos que las espigas al ir cerrando la sección areal de ingreso y egreso de las aguas a las bahías y caletas tendrían que soportar velocidades crecientes de las aguas en las partes distales de la espiga por el progresivo angostamiento del canal de acceso alterando la dinámica del fluido sobre todo en contextos macromareales, aumentando la capacidad de erosión y transporte de las aguas tendiendo a ralentizar la progradación de los sedimentos propios de la espiga y dificultando los cierres de las bahías.
Al referirnos a la idea de que la sedimentación de la espiga no puede responder a una función lineal, entendemos que el ritmo de acreción se modifica en función del avance de la espiga y consiguientemente el ancho y profundidad del canal de acceso y egreso de las aguas o sea de la sección transversal de la boca de la bahía o caleta con modificaciones en la velocidad del agua y por lo tanto de su capacidad de erosión, transporte y sedimentación. No descartamos que empíricamente en la parte proximal las espigas puedan tender a aceleraciones en sus ritmo de transporte y a aumentar el ritmo de acreción ante variaciones de los factores que en este trabajo estamos considerando como constantes o ante una rectificación de la dirección de costa que se alinea y puede aumentar el alineamiento de la fuerza hidrodinámicas incidiendo en la sedimentación y progradamiento de la espiga. Sin embargo en algún punto de su crecimiento debemos considerar el efecto hidrodinámico variable al modificarse la velocidad del agua que ingresa y egresa a las caletas o bahía tras las espigas. Una creciente obstrucción en la sección areal de acceso debe impactar sobre las velocidades de ingreso y egreso y por lo tanto afectar la capacidad de transporte y erosión de sedimentos ralentizando paulatinamente la velocidad de progradación sedimentaria por efecto de la deriva litoral generando condiciones de creciente dificultad para los cierres sobre todo en ambientes meso y macromareales en los que aumenta la energía potencial y se fuerce el proceso al punto de no poderse lograr los cierres por simple deriva litoral necesitando eventos de tormenta que supongan un ingreso extraordinario de energía al sistema.
Recordemos brevemente que cuando nos referimos a una función lo entendemos como una correspondencia entre los elementos de un conjunto de partida, llamado “Dominio”, en este caso será T o sea tiempo y los elementos de un conjunto de llegada, llamado “Codominio”, que para este trabajo será la longitud de la espiga, de forma tal que a cada elemento del dominio le corresponde uno, y solo uno en el codominio. Una función lineal es una función polinómica de grado 1 en la que y= ax+b, que pasa en este caso de la espiga de Páramo por el origen de coordenadas, es decir, por el punto (0,0). Son funciones rectas de la forma:

La m es la pendiente de la recta. Está pendiente indicaría el ritmo de acreción de una espiga. La pendiente es la inclinación con respecto al eje X (eje de abscisas). Si m es positiva (m > 0), entonces la función es creciente. Esto es lo que esperaríamos de una espiga en tanto las condiciones de acreción por la provisión y características de los sedimentos, la energía de las olas, la deriva litoral, las condiciones mareológicas y el clima se mantengan constantes. En cambio, si la m es negativa (m < 0), entonces la función será decreciente cosa que podría ocurrir, si por ejemplo, se disminuyera el caudal de sedimentos transportados por deriva litoral. La pendiente m significa que si aumentamos la x en una unidad la y aumenta en m unidades. Si la m es positiva, según aumente x, la y también irá aumentando (función creciente). El punto cero para nuestra hipótesis sería el proximal de la paleocosta donde por control estructural daría inicio la acreción. El punto extremo de crecimiento es el distal. Si m > 0 la función es creciente y el ángulo que forma la recta con la parte positiva del eje OX es agudo. Este tipo de ángulo es el que esperaríamos encontrar si las condiciones de acreción son de “ceteris paribus”.

Si m < 0 la función es decreciente y el ángulo que forma la recta con la parte positiva del eje OX es obtuso. Esto como decíamos podría ocurrir por ejemplo, con una disminución en la carga sedimentaria de la deriva litoral.

Esto significa que cruzamos la variable temporal contra una cuantificación del crecimiento sedimentario de la espiga. Si la función es lineal significará que por unidad de tiempo constante la espiga acresionará cantidades proporcionales de longitud. Si suponemos que en el eje y de las ordenadas graficamos la variable temporal y en eje x de las abscisas graficamos el tamaño de la espiga nos dará una línea de ángulo constante.
Sin embargo el núcleo de este trabajo desea cuestionar este supuesto al entender que no puede ser tenida como constante la hidrodinámica del sistema por el efecto de cierra del canal implícito en la acreción de la espiga en condiciones de control estructural del margen opuesto de la bahía o caleta o sea en tanto la margen opuesta no sea erosionada en proporciones similares ampliando de ese modo la sección areal.
Con respecto al fluido podemos asumir en principio que se desplaza por suaves líneas de correntada paralelas a la velocidad y dirección predominante del fluido por tanto no crea una superficie compuesta con varias líneas de flujo y los describiremos como laminar aunque creemos que es posibles asumir la hipótesis de un flujo turbulento por los efectos de difracción en la parte distal sin alterar por ello en principio las consecuencias de la ecuación de continuidad o sea de conservación de la masa en el estado estacionario que conserva la energía mecánica. La variación en la energía del fluido estará en función de variaciones cinéticas, potenciales y/o en la presión. Este principio fue formulado por Daniel Bernoulli (1700-1782) en su libro “Hydrodynamica, sive de viribus et motibus” publicado en la actual Estrasburgo en 1738. Pertenecía a un largo linaje de matemáticos y fue hijo de Johann I Bernoulli (1667-1748) siendo profesor de Anatomía, Botánica y luego a partir de 1750 de Física en la Universidad de Basilea (Piñeiro 2017). El título del libro que hemos tenido que consultar en latín pues no hemos podido dar con traducciones en castellano o inglés hace referencia a la fuerza (viribus) y el movimiento (motibus) de los fluidos en el que representa un flujo que conserva energía un flujo volumétrico asumido en principio no turbulento en tanto el líquido presente condiciones de incompresibilidad. Sin embargo si el flujo es no rotacional o si hay flujo turbulento la ecuación mantiene su validez (Gettys et al 1991). El otro aspecto a considerar es si medimos variaciones en la temperatura que puedan alterar la densidad y por tanto el flujo, este tema lo dejamos pendiente para futuros trabajos.
La siguiente ecuación conocida como “ecuación de Bernoulli” (Trinomio de Bernoulli) es la que está en juego en esta hipótesis:

Figura 6 Trinomio de Bernoulli

Para aplicar la ecuación se deben realizar los siguientes supuestos:
Viscosidad (fricción interna) = 0. Es decir, se considera que la línea de corriente sobre la cual se aplica se encuentra en una zona ‘no viscosa’ del fluido.
Caudal constante.
Flujo incompresible, donde ρ es constante.
La ecuación en su presentación inicial se aplica a lo largo de una línea de corriente o en un flujo laminar aunque la turbulencia no altera el principio. Un ejemplo clásico de aplicación del principio se da en el flujo de agua en tuberías cuando se disminuye la sección del mismo se aumenta la velocidad del fluido que en términos hidrológicos implica un aumento en la capacidad erosiva del agua y una menor sedimentación contribuyendo a nuestro entender a una ralentización en el ritmo de sedimentación distal de una espiga. Es posible conocerla como la ecuación de la continuidad por la que la velocidad con que pasa el agua por una tubería es inversamente proporcional al área de dicha tubería, entendiendo que el caudal volumétrico tiene que mantenerse constante.
Es posible complementar el trinomio de Bernoulli con el efecto hidrodinámico conocido como efecto Venturi por el cual un fluido en movimiento dentro de un conducto disminuye su presión cuando aumenta su velocidad al pasar por una zona de sección menor. Este efecto fue demostrado en 1797 y recibió su nombre del físico italiano Giovanni Battista Venturi (1746-1822). El efecto Venturi se explica por el Principio de Bernoulli y el de continuidad de la masa (Gettys et al 1991). El caudal disponible de un fluido lo tomamos como constante que sería el caso del ingreso del agua total de mar a la bahía, aun cuando la onda de marea sea no lineal pues la misma debe ser asumida como variable independientemente de la sección areal de ingreso y egreso a la bahía o caleta. Es posible establecer por tanto la hipótesis de que cuando las mareas están creciendo si paulatinamente la sección areal disminuye por la progradación de la espiga, necesariamente la velocidad aumenta para atravesar esta sección. Esta característica implica que ante la mayor velocidad de acceso y egreso del agua la capacidad de erosión y transporte aumenta por lo que la posibilidad de sedimentación progradante de la espiga encuentra una creciente dificultad ralentizando inevitablemente su crecimiento y dificultando los cierres de bahías y caletas.

VI
DISCUSIÓN

Desde el punto de vista empírico (Palalane et al. 2014) mostraron que la variación empírica de las condiciones bajo las que progradan espigas son tan complejas que es difícil que se mantengan constantes por más de 50 años. Les ha sido muy difícil poder predecir empíricamente ritmos de sedimentación entre otras cosas por las dificultades en las recurrencias de eventos climáticos disruptivos. Esto ha llevado a los teóricos a segmentar las fases de crecimiento de forma empírica en las cuales puedan determinarse homogeneidades parciales en su desarrollo pero basadas en meras estadísticas. Esta dificultad teórica y las limitaciones en los modelos matemáticos utilizados hasta ahora no son una objeción a nuestra hipótesis que pretende dar cuenta de variables hasta ahora no consideradas en las investigaciones. Sin duda que la ralentización de la acreción de una espiga puede provenir de varios factores como una restricción en el suministro de sedimentos o la existencia de un canal de mayor profundidad que altera drásticamente la batimetría pero esto no invalida los condicionantes físicos aplicados a la hidrodinámica sobre todo en contextos meso a macromareales en los cuales el flujo de agua tiende a ser mayor con mayor energía potencial y cinética.
Desde el punto de vista epistemológico podemos decir que la multiplicidad de método para investigar tanto las espigas en general como la espiga de San Sebastián nos ubica con comodidad en la consigna del epistemólogo Paul Feyerabend (1924-1994) que postuló como “todo sirve” a los fines de idear conocimientos científicos (Feyerabend 1987). Es interesante considerar que este trabajo se enmarca en el paradigma de la mecánica clásica por la escala macroscópica y gravitacional en la que se trabaja. Pero admitimos que es difícil pensar que exista una evidencia empírica cruda y objetiva por fuera de ese paradigma que ha sufrido el desplazamiento de una revolución científica a partir de la primera mitad del siglo XX. Es un ejemplo en el cual, si la hipótesis es aceptada implicaría que nuestra capacidad heurística puede incrementar la cantidad de “hechos” conocidos, incidiendo en la capacidad de formular enunciados observacionales en este caso, sobre los desarrollos geomorfológicos de las espigas. Lo extraño es que a pesar de la revolución científica generada por la relatividad y la cuántica los enunciados observacionales generados en entornos teóricos propios de la mecánica clásica pueden tener una corroboración o falsación empírica, en tanto acordemos las condiciones sobre las cuales esas observaciones y mediciones se hagan. Es un caso en que puede aplicarse la idea de que la falsación es válida como regla empírica pero insignificante como condición de la racionalidad científica (Feyerabend 1990). El lenguaje observacional que adecuamos a la mecánica clásica implica su persistente utilización por una comunidad científica (Feyerabend 1984) pero agregamos que es además un lenguaje teórico observacional adecuado a los fenómenos macroscópicos gravitacionales en tanto curiosamente pueden ser este trabajo entendido en una interacción entre contextos de descubrimiento y justificación de un paradigma ya superado por la revolución científica relativista y cuántica.

VII
DINÁMICA ANTRÓPICA EN BAHÍA SAN SEBASTIÁN

El crecimiento de la espiga a partir del VI milenio AP creó un área protegida cada vez más extendida para los usos por parte de los grupos de cazadores recolectores. Hay evidencia milenaria de ocupación antrópica del área. La zona ístmica de Bahía Inútil-Bahía San Sebastián estuvo disponible para la ocupación antrópica a partir de los 7000-6000 años AP (Guichón 2000). Durante el Holoceno el Norte de la isla fue ocupada por cazadores recolectores terrestres en un espacio que habría estado disponible a partir del Holoceno medio (Borrazzo 2013) y con modalidades sustentables en el uso de los recursos. En el siglo XVII y XVIII crecen los contactos entre navegantes europeos y los pueblos originarios. En el año 1767 el navegante francés Louis Antoine de Bougainville (1729-1811) describe a los habitantes de la costa norte de “Terres de feu” como nómades, vestidos cubiertos de pieles que dieron evidencias de ser sociables con los europeos. No los ubica como participando de crueles costumbres y más bien los retrata como amistosos con los navegantes incluso de trato muy humanitario con los náufragos (Bougainville 2005).Será en el siglo XIX en que los cazadores recolectores que habitaban la zona de San Sebastián o sea los Selk´nam enfrentaron y padecieron por motivos territoriales y mercantiles el poder instrumental devastador de los efectos de la racionalidad moderna y fueron convertidos en la alteridad, el otro que impedía la modernización y por tanto debía ser masacrado tanto por los emprendedores privados como por el estado en complicidad con la Iglesia Católica Apostólica Romana operando desde Río Grande (Gandini et al. 2011).
El principal de esos emprendedores privados fue Julius Popper con su objetivo de desarrollar minería. Popper nació en Bucarest, Rumania en 1857 (Canclini 2013). Realizó estudios de ingeniería en el Politécnico de Bucarest. Adquirió suficientes conocimientos como para encarar un proyecto de extracción de gravas y arenas auríferas en El Páramo y otras localidades de Tierra del Fuego. El ingeniero rumano logró el apoyo del Dr. Joaquín M. Cullen entre otros para llevar instrumentos de medición y un arsenal completo así como equipos fotográficos y de prospección. Descubrió oro en Punta Páramo y al regreso a Buenos Aires dio una conferencia en el Instituto Geográfico Argentino acerca de las posibilidades de explotación. A raíz de las repercusiones de la conferencia y el interés de muchas familias adineradas crea en1886-1887 “La Compañía Lavaderos de Oro del Sud” contando entre sus accionistas a Bernardo de Irigoyen, Ramos Mejía, Joaquín Cullen, Alfonso Ayerza y Emilio Lamarca entre otros. Adquieren dos embarcaciones la “Madonna del Carmine” y la barca “María Luisa” (Canclini 1993) para la segunda expedición. En esta incursión montó un gran lavadero en Punta Páramo que decía producir hasta un kilo y medio por día. La zona era objeto de intensas puja incluso armadas entre mineros rivales. Ante los enfrentamientos sangrientos el gobierno argentino promete la instalación de una comisaría en San Sebastián. Contaba con la asistencia administrativa de Máximo Popper su hermano para la supervisión de las operaciones. Organizó una fuerza para-policial con la cual llevó adelante varios enfrentamientos con oreros de Cañadón Beta y también contra los Seik´nam dando muerte a un número indeterminado de ellos (Payró 2009). Organizo su propia moneda y una serie de estampillasl de correo las que llevaban su inicial “P”.

Foto 9. Estampilla y monedas acuñadas por J. Popper.

Popper llegó a dominar desde Cabo Espíritu Santo hasta Cabo Domingo y protagonizó serios conflictos con los gobernadores Félix M. Paz y a partir de la renuncia del mismo en Abril de 1890 con el nuevo gobernador Dr. Mario Cornero (Fondebrider, 2003). En el Páramo a unos 2km del alambrado y tranquera de acceso actual, lavaban según los dichos de Popper 75 toneladas de arenas todos los días, un dato que puede generar algunas dudas por la magnitud. Había una casa con habitaciones para el personal directivo con tienda y almacén de depósito, un espacioso galpón para ochenta trabajadores, una habitación para capataces, cocina, taller para las calderas y motores. (Vairo et al.2000). De la zona de San Sebastián es incierta la cantidad de oro extraída por Popper pero entre lo que figura en la Casa de la Moneda de Buenos Aires y lo remitido a la Casa Werhahn de Punta Arenas y luego a Hamburgo hay más de un cuarto de tonelada de oro. Si agregamos lo producido en otros establecimientos y probablemente lo no declarado de Popper llegamos a por lo menos la extracción de 600kg de oro.


Figura 7. Instalaciones del Lavadero de oro “El Páramo”. El Sudamericano, 5 de Agosto de 1888.

Hubo cierta continuidad en la extracción del oro hasta 1904 y posteriormente todo el sector pasó a ser explotado por la Sociedad Anónima “Station Cullen Limited” una sociedad británica que abarcaba las tierras de Waldron & Wood o sea los propietarios de la Estancia Cullen fundada en 1900. Recién en 1953 por resolución de la S.E.M. Nº 629/53 acerca de expediente P-1-1887 se establece la caducidad definitiva de la concesión.

La Estancia Cullen pasó a utilizar parte de los materiales dejados por la empresa minera. Notablemente reubicaron los rieles para transportar la lana hacia el embarcadero en el sector interno de la bahía. Se exportó la lana por este medio entre 1922 y 1950. Hemos podido ver algunos de los restos en el casco de la estancia y logramos testimonios directos de dicha actividad en entrevistas a pobladores. La explotación ovina trajo aparejado el problema del sobrepastoreo. La pérdida de cobertura vegetal por la presencia de las majadas por un lado desplaza la fauna autóctona como en el caso de los guanacos (Lanma guanicoee) y expone el suelo desnudo a los intensos vientos potenciando la erosión de sedimentos impactando negativamente en el componente edáfico si no se regula la carga problema al cual han atendido las últimas administraciones.

Foto 10. Puesto Estancia Cullen

Menos conocido es que a partir de 1935 y hasta 1945 hubo una intensa actividad minera por parte de Esteban Tadic en Mina María. La remoción de sedimento todavía puede observarse como una gran depresión poco vegetada a unos cientos de metros al Sur del paleoacantilado. Hemos encontrado en nuestros relevamientos viejas taperas y herramienta que acreditan la intensa actividad minera a lo largo de toda la franja costera norte de Tierra del Fuego. Hubo además otro ejemplo de persistencia a lo largo de los años en los esfuerzo por obtener oro de la zona. Me refiero a la Minera Winchester de Roberto Sobral en Cañadón Beta que trabajaba bajo la autorización del Legajo Nº461/96 y que también realizó extracciones en la zona de Cañadón Tortuga al Norte de la Bahía San Sebastián. La actividad minera trajo aparejada la remoción de grandes cantidades de sedimentos de la playa. Hubo una afectación de la vegetación y puede tener un efecto de contaminación sobre el agua que consume. Bajo ciertas condiciones de explotación el uso de elementos químicos precipitantes pueden ser contaminantes para el agua y una amenaza para la flora y fauna.

La actividad minera y ganadera creciente así como el tráfico de y hacia Punta Arenas en Chile y el Océano Pacífico agrupa a muchos interesados en mejorar las condiciones de seguridad de la navegación. A tal efecto es que se construye el Faro Páramo. Está ubicado en el Departamento de Río Grande en la provincia de Tierra del Fuego, siendo la accesibilidad limitada pues no existe un verdadero camino hasta su emplazamiento. La ubicación es de acuerdo a los datos oficiales a los 53º 09´ 00´´S y 68º 13´ 00´´O. De acuerdo con Google Earth el valor de la latitud es de 53º 08´26´´S y la longitud es 68º 12´25´´O con una altura en la base de la estructura de 9 m.s.n.m. Está sobre la Punta de Arenas a 1500m del extremo de la misma. Se la ubica sobre parte distal de la espiga a casi 16 Km de la antigua Mina María. Es una formación estriada en la que cada estría es de por lo menos 40 a 50 cm de alto con una distancia entre crestas de 5 a 10m. En el legajo Nº 79 se describe el lugar y se especifica que la superficie está cubierta de cantos rodados móviles con manchones de matas que ramonean los guanacos. Se detalla en el legajo que a 1500m del extremo Sur se ubicó la estaca para situar el lugar de construcción a una altura de 3,50m (hemos comprobado in situ que es un valor algo bajo) sobre el nivel de las pleamares y una visibilidad de 360º con un entorno de playas bajas de pedregullo grueso y de arena en la zona intermareal.


Figura 8. Portada del Legajo Nº 79 del Departamento de Balizamiento.

En el legajo del faro hay una nota firmada por el contralmirante Tomás Zuruela fechada el 28 de Agosto de 1922 en la cual explica la necesidad del faro. Se mencionan los informe de los vapores ingleses, de la empresa de la familia Menéndez Behety o sea la Sociedad Ganadera y Comercial y de los frigoríficos que utilizaban la bahía San Sebastián como fondeadero y que en forma creciente expresaban la necesidad de contar con un faro que indicara el término distal de la espiga. Recordemos que desde el año 1867 con el servicio Liverpool-Valparaíso navegando vía Punta Arenas la navegación mercantil se regulariza y expande a un ritmo febril. Luego de la decisión inicial de la “Pacific Steam Navigation Company” siguen varias compañías como la “Compañía Alemana de Vapores Kosmos”, la “Compañía Inglesa Lamport Holt”, la “Greenock Steam Ship”, La “W.R.Grace & Co.”, la “Compagnie Chargeurs Reunis”, “Línea Hamburgo-Sudamericana” y la “Gulf Line Ltda” que para fines de siglo XIX brindaban casi un barco por día al puerto de Punta Arenas. Si en 1868 fondearon en ese puerto un total de 27 naves con 18.000 toneladas de registro en 1892 ese número era de 343 naves con 591.289 toneladas, lo cual da una idea del crecimiento del tráfico comercial y la demanda creciente por seguridad para la navegación.
En Octubre de 1922 se pide un primer presupuesto que arroja un valor de 4,240m/n. En la nota del 25 de octubre se piden 4800m/n para adquirir los materiales considerando que se podía utilizar material que estaba en stock
como una válvula solar, un óptico de 500m/m y un destellador AGA. Se decide finalmente su construcción en 1923. Los trabajos de construcción comenzaron el 1º de Febrero de 1924 y fue librado al servicio de acuerdo con el legajo, el 25 de Marzo de 1924. Sin embargo otros documentos dan como fecha de libramiento al 31 de Marzo del mismo año. Para 1939 está operativo con el destellador K-130 Nº 8674 y el Reductor era el TRAD.-130 Nº 6285. Reiteradas inspecciones en la décadas del 40 y 50 dan cuenta del crecimiento del óxido en la estructura que la debilitaba.

Foto 11. Vista del Faro Punta Páramo.

La torre del faro es troncopiramidal metálica. La altura de la estructura es de 17,5m. Con una elevación de 22,5m del plano focal. Al pie tiene una casilla de acumuladores y desde 1998 se lo alimenta por medio de energía fotovoltáica. La linterna es AGA de 40/40. La característica es una luz blanca con un destello de 05seg cada 7,0seg. con un período de 7,5seg. y un alcance de 10,3 millas náuticas.

Foto 12. Vista del Faro Páramo. Detalle de la estructura.

En la visita del 24 de Abril de 1928 el comandante del Balizador Alférez Mackinlay, Tte. de Navío Alberto Grieben informa que el faro estaba apagado. En Enero de 1930 tuvieron que reparar las tuberías, lo cual da en forma temprana la pauta de que era un faro que iba a requerir mucho esfuerzo para su mantenimiento. En el mes de febrero de 1930 apenas a seis años de su construcción se detalla el mal estado de la pintura y el desarrollo del óxido. El 27 de Enero de 1951 se describen manchas de óxido para lo cual se llevan 2Kg de pintura negra y se procede también a arreglar el piso de cemento con 100Kg de material. Esto lo informa el Guardiamarina Alfredo Mac Dougall. Es notable que aunque pasen las décadas el tipo de problemas persisten. En el informe del 5 de Septiembre de 1988 el Teniente de Navío Daniel Hindryckx informa que el basamento de hormigón esta erosionado en un 70% y ha comprometido la estabilidad de las patas de la estructura. Las columnas de hierro se aprecian carcomidas y se describe una abundante cantidad de óxido en las vigas de refuerzo, con la garita muy deteriorada por el óxido por lo que se lo tipifica al estado general del faro como malo. Las 7 chapas transversales están todavía al momento de la inspección y tiene un largo creciente de arriba hacia abajo de 2,20m, 2,60m, 3,00m, 3,40m, 3,80m, 4,20m, y 4,60m, con un ancho estable de 0,90m, alternando los colores amarillo y negro lo que resulta en tres franjas negras y cuatro amarillas (Legajo Nº 79). En los trabajos de reparación de 2007 entre el 24 y el 29 de Abril en una 1º etapa suspendida por mal tiempo y luego retomando los trabajos entre el 14 y el 17 de Mayo se cubre la superficie con pintura antióxido reforzando la estructura con perfiles de hierro del tipo L y aplicando soldaduras además de proceder a aplicar pintura negra en exteriores y blanca en interiores. Esta reparación estuvo a cargo de Juan Carlos Nicolau Capitán de Fragata y el informe está firmado por el Teniente de Fragata Fernando D. Scalzone (Legajo Nº79).

Figura 9. Croquis del Faro Páramo. Legajo Nº 79.

Posteriormente a partir de la décadas de1950-60 es cuando asistimos al ingreso en la zona, de la actividad extractiva hidrocarburíferas tanto en las zonas emergidas como en las zonas off-shore sobre el fondo marino de la Cuenca Austral. En 1959 se firmaron contratos de exploración y explotación con empresas extranjeras. La zona de Tierra del Fuego fue otorgada a la Tennessee Gas and Oil Company. Esta actividad fue luego continuada por las empresas Total y Apache por contratos con la Gobernación de Tierra del Fuego en virtud de las modificaciones introducidas por la Constitución de1994 que otorgó la propiedad de los recursos naturales a las provincias. De la actividad extractiva en la zona también ha participado YPF. El impacto ambiental puede verse en la apertura de caminos generando pérdida de cobertura vegetal y aumento de la voladura de sedimentos, el despeje de vegetación de las zonas de baterías, la extracción de canto rodado de las zonas de playa, la ocurrencia de algunos accidentes que han significado la contaminación de cursos de agua así como de suelos por ejemplo en Cañadón Alpha. Esta actividad ha entrado en conflicto tanto con la sustentabilidad de la explotación ovina, como con la creciente preocupación y legislación de protección ambiental. También las empresas han utilizado restos de las construcciones de Popper por lo que hoy en día es mínimo lo que se puede encontrar como evidencia de los trabajos de minería por parte del lavadero de Popper. Hacia el Norte de Cullen hay una notable realización ingenieril pues recordemos que hay dos gasoductos submarinos que cruzan el Estrecho de Magallanes llevando gas al continente.

 Foto 13. Atravesando campos de extracción de gas y petróleo. Bahía San Sebastián.

Con respecto al desarrollo urbano es realmente muy pequeño. En 1888 se creó la comisaría de San Sebastián. Julius Popper había establecido su lavadero de oro en el Páramo en 1887 y ejercía facultades propias del estado entrando en conflicto con las autoridades de la gobernación. Por ley Nº 205 sancionada y promulgada el 29 de Julio de 1982 se crea en la ribera Sudoeste de la Bahía San Sebastián, en el Departamentos de Río Grande sobre la Ruta Nacional Nº 3 un pueblo que se denominará San Sebastián y que ocupará la parcela Rural 07. El artículo 4 indica que hasta que se designe la Comisión de Fomento que prevé el Artículo 66 del Decreto-Ley 2191/57 las funciones de la misma serán ejercidas por la Municipalidad de Río Grande la que podrá designar un delegado ad honorem que debe ser un poblador de la zona. En los años 2011 y 2014 emprendimos un relevamiento acerca del desarrollo del pequeño poblado. Las funciones que cumple el estado incluyen seguridad por la presencia de la gendarmería y de una comisaría provincial. El estado provincial también provee educación al contar con un establecimiento educativo la Escuela Provincial Rural y de Frontera Nº 17, contando con un gimnasio para las actividades deportivas de los alumnos locales. También hay servicio de correo al contar con una estafeta. Los pobladores disponen de un cajero automático, servicios primarios de salud con una sala de primeros auxilios con la presencia permanente de una enfermera y en la temporada turística el refuerzo de un móvil sanitario con médico para emergencias en muchos casos por accidentes viales, que es jurisdiccionalmente dependiente de Río Grande.

Foto 14. San Sebastián.

Cuentan con abastecimiento de luz desde Río Grande y abastecimiento propio de la Gendarmería. El gas es provisto por la empresa Total. Disponen también de un Salón Comunitario de Usos Múltiples en el que realizan actividades que suelen involucrar a la población. Disponen además de alojamiento para el turismo que circula de y hacia el continente por medio de un Hotel del ACA, Automóvil Club Argentino que cuenta con un despacho de alimentos y objetos de primera necesidad así como servicio de bar y restaurant provisto por el hotel. Ha contado también aunque con cierta estacionalidad con gomería y con un servicio de comidas al paso para los viajantes. Cuenta demás con una Estación de Servicio del ACA con un expendio de alrededor de unos 13.000 litros diarios de nafta y 14000 de gas oil pero con una inmensa diferencia entre el consumo de invierno y verano. La presencia del estado aparece también con un puesto de defensa civil destinado sobre todo a la prevención y atención de accidentes con personal que se traslada desde Río Grande. El números de residentes puede en invierno llegar a un mínimo de 10 habitantes pero por lo general el número escila entre los 50 y los 60 habitantes en la temporada de verano. Los servicios que hemos enumerados se prestan a los pescadores artesanales de la Bahía San Sebastián, al personal de gendarmería, a la escasa población rural como por ejemplo de la Estancia San Martín o Cullen, a los trabajadores de las empresas petroleras como Apache, Total, YPF y sobre todo en verano a los turistas que transitan desde y hacia la isla y continente por la ruta Nº3 por el tramos en territorio Chileno para poder acceder al ferry que cruza el Estrecho de Magallanes.

 Foto 15. San Sebastián.

Ante la creciente intensidad en el uso de los recursos por parte de la explotación ovina, la pesca artesanal, el turismo pero sobre todo de la extracción del gas y petróleo ha crecido en la opinión pública la convicción de la necesidad de implementar medidas para preservar el ambiente costero y específicamente a la Bahía San Sebastián. Al declararla una zona de reserva se ha dado paso a la revalorización de los ambientes de marismas y planicies de marea que habían sido ignorados cuando no rechazados en el pasado. Han aumentado en los últimos años los estudios sobre el ecosistema y la geología y geomorfología de la zona y se han desarrollado experimentos utilizando por ejemplo especies vegetales nativas adaptadas a condiciones de alta salinidad como en el caso de Sarcoccornia magellánica y Puccinellia sp, para el pastoreo ovino. También se está investigando la posibilidad del uso de la Sarcocornia como producto alimenticio apto para los seres humanos. (Bianciotto etal. 2009).
Como un importante respaldo internacional se logró que se designara al área Sitio Ramsar de la Argentina. De una extensión de 28.600 ha a partir del 13 de Septiembre de 1995 se convirtió en el Sitio Ramsar más austral del mundo compuestas por tierras bajas costeras. Esta bahía es un lugar muy importante para las aves costeras y migratorias y 21 especies de cetáceos están presentes en las aguas de la costa Atlántica de Tierra del Fuego (Doc. Secretaría de Ambiente).
La zona de San Sebastián se encuentra comprendida en la Reserva Costa Atlántica creada por Decreto Provincial Nº2202/92 que crea el área desde Cabo Nombre al Norte de San Sebastián hasta la desembocadura del Río Ewan con una extensión de 220km de costa. Posteriormente tanto la declaración de Sitio RAMSAR como además la designación de Área de Aves Endémicas por el ICBP (Bird International) (Gob. TDF 2011) han logrado densificar las normativas de protección.
Los antecedentes de manejo nos remontan también a la ley Provincial 272 sobre Sistemas de Áreas Naturales Protegidas de 1998 y la Ley 415 mediante la cual se creó la Reserva Costa Atlántica de Tierra del Fuego. Es un área marina protegida (AMP que tienen como objetivos conservar la diversidad biológica mantener los procesos ecológicos y asegurar el uso sustentable de los recursos. Se lo define como un área del intermareal o submareal reservada por ley o por otro mecanismo efectivo para proteger parte o todo el ambiente de acuerdo con la definición de la UICN Unión Mundial para la Conservación – (Yorio 2001). San Sebastián presenta del largo listado de amenazas a la diversidad biológica marina en la zona costera, el problema de la sobre explotación de recursos pesqueros en el Atlántico Sur, la contaminación por hidrocarburos, el incremento de la radiación UV por el agujero de la capa de ozono y los riesgos asociados al pastoreo ovino en zonas semiáridas.
Al poder apreciar en la descripción que hemos hecho de la diversidad actividades e iniciativas muchas vedes en pugna que se desarrollan en el área es fácil de comprender la necesidad de consolidar una gobernanza que permita adecuar las actividades para garantizar la conservación y evitar un deterioro del ecosistema.

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