Determinación de la naciente del Río Gallegos
Roberto Hilson Foot

Precisar el lugar en que el Río Gallegos nace ante algunas confusiones generadas por algunas publicaciones.

Investigación y trabajo de campo:

Cuenca del  Río Gallegos Enero 2012:
Sol Sebastián
Gonzalo Molinari
Tomás Bradley
Nayi Awada
Nicolás Tarelli
Roberto Hilson Foot

Fotografías:
Roberto Hilson Foot (Enero 2012)

Agradecimientos:
A Graciela Campaña por la información brindada en la Casa de la Provincia de Santa Cruz.

 

Bibliografía

I

    En este corto artículo deseamos precisar la cuestión de las nacientes del río Gallegos, algo que en principio no parece muy complejo pero que por algunos errores en publicaciones de los últimos años se han generado confusiones innecesarias (ver por ejemplo el Documento de Cuenca Nº 72 de la Subsecretaría de Recursos Hídricos del Sistema Nacional de Información Hídrica). Procuramos por medio del trabajo de campo, por el uso de información satelital y cartográfica, por medio de la revisión de la bibliografía disponible y los aportes de las observaciones de la expedición HastaTrilce subsanar esas confusiones para evitar futuros errores.

II

    Como primera fuente para nuestro estudio utilizamos la Hoja 5172-34 Estancia Glencross, del entonces Instituto Geográfico Militar levantada en 1946, editada en Octubre de 1947, en escala 1:100.000 con una equidistancia de 10 metros. De acuerdo con esta fuente cartográfica el Río Gallegos nace a los 51º 53´ Sur y 71º 35´ Oeste a una altura de alrededor de 115m.s.n.m. de la confluencia de los ríos Rubens desde el SO y Penitente desde el SE. No debe confundirse esta naciente con los datos que se aportan erróneamente en algunos informes sobre la naciente que ubican unos 10km río abajo del puente Blanco con el aporte del Río Turbio (51º 50´ S). Es también errónea la información provista por el trabajo sobre la “Morfometría de la cuenca alta del río Gallegos” de Díaz Boris, G; Tiberi, P. y Mardenwald G., en el que afirman que el “río Rubens afluente del Penitente…” sin haber percibido que se trata de una confluencia de ríos con cuencas, órdenes y caudales similares, la que da nacimiento al río Gallegos. De no ser así deberían seguir llamando al curso de agua río Penitente.

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PUENTE BLANCO

    El lugar de la naciente recibe el nombre de la construcción del puente que se denominó puente Blanco que cruza el río a unos 250m al norte de la confluencia como puente de la Ruta Nacional Nº 293 en la hoja del IGM de 1946 o en la actualidad la Ruta Nacional Nº 40. La representación del río adolece de algunos errores sobre todo en el curso del mismo al norte del puente pues en la hoja se tiende a ignorar toda la complejidad meandrosa que el río presenta antes de recibir como tributario por la margen izquierda al río Turbio. Sin embargo presenta adecuadamente a los ríos que confluyen para formar al Gallegos o sea el Rubens y el Penitente.

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VISTA RÍO ABAJO DEL RÍO GALLEGOS DESDE EL PUENTE BLANCO

III

    Utilizamos a continuación como segunda fuente las imágenes provistas por Google Earth. Podemos añadir algunas pequeñas precisiones a lo descripto en el apartado anterior, pues de acuerdo con esta fuente la confluencia se encuentra a los 51º 53´44´´ Sur y 71º 35´42´´ Oeste. Más significativa es la diferencia en altura a la cual se produce la confluencia pues de acuerdo con esta fuente sería a 119m.s.n.m lo que implica 4m más que la fuente cartográfica. Debo hacer notar que la resolución y las múltiples fuentes de las imágenes de Google Earth generan algunas inconsistencias pues el río de acuerdo con Google Earth pierde altura desde los 119m en su naciente a los 116m.s.n.m en algo más de 250metros pero luego pasando el puente Blanco de acuerdo con lo que observamos en Google Earth en Marzo de 2017, vuelve a aumentar la altura sobre el nivel del mar a 117, 118 y 119m.s.n.m cosa que no se compadece con las observaciones de campo en la que el río fluye previsiblemente pendiente abajo en forma homogénea. La información de Google Earth que demanda impugnar las viejas leyes de Newton fue saldada con nuestra observación de campo en la que no asistimos al espectáculo que sería por demás asombroso de un curso de agua corriendo hacia arriba. Las imágenes satelitales permiten observar en la zona en que el río Turbio tributa sus aguas al Gallegos un área de paleo cauces y anastomosamientos bastante más complejo de lo que se dibujó en 1946 en la Hoja 5172-34 en la que se optó por un cauce único enmarcado por barrancas, información que ha sido replicada erróneamente en algunos informes sobre la zona. La fuente satelital nos ratifica el dato sobre la confluencia que genera la naciente del Gallegos que remarcamos surge de la confluencia de los ríos Rubens con un número de orden Strahler 4 y el Penitente que presenta el mismo valor de orden.

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VISTA DEL RÍO GALLEGOS AGUAS ABAJO DESDE LA RUTA AL OESTE DEL PUENTE BLANCO

IV

    En el año 2012 nos decidimos a relevar íntegramente la cuenca del río Gallegos por lo que caminamos algunos cientos de kilómetros a campo traviesa desde Río Turbio/28 de Noviembre hasta la capital de la provincia de Santa Cruz. Además hemos recorrido en tres ocasiones en forma parcial parte de la cuenca y ahora en la expedición Hasta Trilce en 2016-2017 se ha vuelto a transitar el valle del río desde los Basaltos de Pali Aike hasta Río Turbio.
    En estas inmensas soledades uno se ilusiona con poder minimizar la incidencia antrópica buscando recuperar la intimidad con el paisaje de nuestro estar en las condiciones más elementales. Es una cuenca que en forma muy imprecisa se repite en diversas fuentes que tiene unos 20.000km², siendo binacional o sea compartida entre Chile y Argentina. En el caso de la república Argentina el río fluye dentro de la provincia de Santa Cruz y cerca del 40% de la población de la provincia se encuentra en su cuenca. Sin embargo está claro por el apartado anterior sobre la tecnología satelital que tal como lo afirmaba  Zygmunt Bauman (1927-2017) pensador irónicamente pertinente para un artículo sobre un río, nunca volveremos a estar solos ante el desarrollo tecnológico al cual hemos accedido “never being alone again”, pues vivimos en su opinión una sociedad que ha eliminado las fronteras que antes separaban lo privado de lo público y hace casi imposible no ser parte de un registro.
    Munidos del relato de Agustín del Castillo (1855-1899) en el que especificaba que el río Turbio es un afluente desde el norte del río Gallegos  (Pág. 81) pudimos reconocer en buena parte el itinerario del explorador por el valle de río hacia 1887. De acuerdo a lo que relata hace más de 125 años, parece haber sido el primero en navegar el río en precarios botes confeccionados con madera que de hecho debe haber obtenido de la zona de puente Blanco que corresponde al límite del eco tono, en el cual existen aún hoy en día los árboles necesarios para construir aunque sea de forma rudimentaria esas pequeñas embarcaciones y lo hace de acuerdo a lo que nos precisa desde unas “millas arriba de la confluencia con el río Turbio” o sea en la naciente que procuramos clarificar en este artículo. El módulo del Gallegos ha sido parcialmente medido aunque por simple observación podemos descartar que sea alrededor de 15 cumecs como informan algunas fuentes. Los valores más acordes con lo que hemos observado lo ubican en algo más de 30 cumecs con referencias a 32 o 34 metros cúbicos por segundo. Parece excesivo el porcentaje de 90/95% que (Diaz Boris, G, et al. 2015) le asignan como aportados por los ríos Rubens y Penitente al caudal del Gallegos. Las mediciones que se han hecho del Turbio han oscilado de forma muy discontinua entre 4 y 17 cumecs lo que implica entre un 13/15% hasta un totalmente improbable 50% del caudal del río Gallegos. De cualquier forma solo con el aporte del Turbio se obtiene algo más del 10%. Si le agregamos los valores entre otros del Zurdo y del Gallego Chico no podemos acordar con asignarles al Penitente y al Rubens un aporte del 90/95% del caudal.
    Desde el siglo XIX se fue desarrollando progresivamente la actividad ganadera, la extracción del carbón, gas y petróleo, la tala por la actividad forestal y más recientemente el desarrollo turístico. Nos fue posible identificar en nuestra expedición los lugares referidos en el relato decimonónico de Agustín del Castillo, lo cual planteaba una espacialidad en principio que no era alcanzada por el concepto desarrollado por Marc Augé (1935) de “no lugar”. Sin embargo en la actualidad se ha  acelerado el moldeado del paisaje hacia lo global, por ejemplo por medio de  los desarrollos turísticos para visitantes internacionales de altos ingresos que están segregando y globalizando el lugar.

CONFLUENCIA DE LOS RÍOS RUBENS Y PENITENTE. NACIENTE DEL RÍO GALLEGOS

    Aún aceptando las ideas de Jacques Derridá (1930-2004) acerca de la imposibilidad de contar con la transparencia del lenguaje, la imposibilidad de la transmisión univoca y el creciente predominio del espacio sobre el tiempo en la discusión posmoderna, nos vemos compelidos a considerar multiplicidades conceptuales en permanente transformación también en relación con el lenguaje de la ciencia. A los fines del tema planteado en este artículo no estaríamos ante un caso de conflictividad conceptual acerca del concepto de nacientes de un río, para lo cual pedimos la indulgencia del lector ante solo una pequeña licencia fenomenológica que nos arrogamos a los fines didácticos, sino más bien ante el problema fáctico muy elemental  de donde ubicar esa fuente, naciente, “source”, “headwaters”, “source d´une rivière” etc. del río Gallegos. Aceptamos provisionalmente que la imagen acústica significante de “naciente”, no referiría a la cosa sino al concepto y por tanto a la dimensión metafísica en la discusión sobre la relación entre significante y significado y suponemos casi por definición una consideración problemática y nunca definitiva hacia el concepto de naciente o en realidad hacia cualquier concepto científico. Además en este caso específicamente y solo a modo de introducción de una dimensión en la que no quiero ingresar, podríamos  problematizar los supuestos de “biologización” implícitos en el concepto de que los ríos “nacen” no siendo sin embargo organismos, o que tienen una fuente, cuando todos los cauces implican intensos intercambios de agua con la atmósfera y son incididos por los escurrimientos superficiales de la cuenca y el caudal que dependen a su vez de las aguas subterráneas resultantes de los procesos de infiltración y percolación. Esa imagen acústica oída al pronunciar la palabra “naciente”, no sería reductible a lo puramente físico o material sino en realidad a su huella psíquica. Sin embargo la ciencia requiere una instancia de predicación sobre lo extenso, lo que demanda un aspecto muy poco tratado por los epistemólogos y es la formulación de las condiciones de lo empírico. El abandono de una materialidad estructurada ónticamente, a la cual accedía un sujeto capaz de refrendar su gnoseología por medio de una ontología de necesidades y verdades durante la modernidad y el abandono progresivo de la proclamación del carácter representativo del lenguaje en los últimos 150 años nos ubica en una insuficiencia en las formulaciones de lo que entenderemos por dato, estando el mismo imposibilitado de satisfacer cualquier pretensión de objetividad y de verdad como correspondencia. Uno de los aspectos más interesantes de estas consideraciones es que nos encontramos en el nivel más elemental de la ciencia o sea de la observación ni siquiera experimental. No hay en el sentido que utilizamos el concepto de experimentar, una manipulación o transformación del objeto para “conocerlo”, aunque si puede argumentarse  una manipulación conceptual que remite al problema de plantear un concepto geomorfológico como “naciente de un río”. La situación de conocimiento es por de pronto orientada por observadores externos al objeto los que detentan un conocimiento con pretensiones epistémicas de ser capaces de entrelazar y sistematizar los conceptos. El problema que hemos planteado es intencionalmente tan elemental que con frecuencia es ignorado por los epistemólogos, ante el cual como señala Mario Bunge, debe mediar una dificultad y una crítica de las soluciones conocidas, sobre un fondo de conocimientos preexistentes. Briones (2003) señalaba que una tipología de problemas básicos implica determinar que o quienes tienen ciertas propiedades en este caso la de ser naciente de un río, ubicando el fenómeno por medio de diversas georeferenciaciones. Esto en un sentido, se enmarca en lo que es posible de vincular con el concepto algo erosionado del poder descriptivo del lenguaje, guiado al ser un lenguaje técnico o científico por taxonomías que buscan establecer ciertas propiedades de un objeto.
    Por último en este nivel tan elemental de la ciencia es interesante considerar en que sentido es posible aplicar la advertencia que nos hacia Gastón Bachelard (1884-1962) acerca de la imposibilidad de mantener un sujeto observador independiente (sobre todo luego del principio de indeterminación  formulado por Heisenberg), lo cual nos lleva a pensar de que forma modificamos un problema empírico de determinación de las nacientes de un río. Sin duda la solución planteada implica superar o enfrentar un problema, atravesado por procesos de confusión y entorpecimiento del conocimiento, se conoce contra un conocimiento anterior nos enfatizaba Bachelard, en este caso muy menor, en el cual el proceso de conocer ha sido transido por múltiples instancias de confusiones que nos permiten reflexionar con humildad sobre esta dimensión tan primaria de la ciencia y que hemos procurado establecer de forma más clara por medio del problema de la determinación de las nacientes del río Gallegos.

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